¡oh, qué licor tan sabroso!

El retablo de las mar­avil­las

CASTRADA

¿Oyes, ami­ga? Des­cubre el ros­tro, pues ves lo que te impor­ta. ¡Oh,  qué licor tan sabroso! Cúbrase, padre, no se moje.”

(Miguel de Cer­vantes Saavedra)