despojarse de sus vestiduras

Esta expre­sión proviene de civ­i­liza­ciones más antiguas en las cuales despo­jar a alguien de sus vestiduras se vin­cu­la a la vul­ner­a­bil­i­dad y la vergüen­za de la desnudez, mien­tras que despo­jarse uno mis­mo de ellas se aso­cia a cam­bios o ritos de paso. Un ejem­p­lo de ello, arraiga­do a la tradi­ción cris­tiana, con­siste en la “Déci­ma Estación” del Vía Cru­cis [Jesús es despo­ja­do de sus vestiduras], la cual se basa en Mateo 27:33–36.